Luciferismo
Samael V. Crowe
¿Y si te digo que puedes conseguir todo lo que te propones en la vida?
El luciferismo no es una religión. No es adorar a un dios con cuernos. Es una postura frente a la existencia.
Es la elección consciente de dejar de ser un espectador y convertirte en el arquitecto de tu propia conciencia.
Lucifer, es el símbolo eterno de la chispa que prefiere cuestionar antes que obedecer. La misma chispa que llevó a la humanidad a buscar el conocimiento, incluso cuando le advirtieron que no lo hiciera. Es el arquetipo del Individuo que se alza, que piensa por sí mismo y que reclama la soberanía sobre su propio espíritu.
Este camino no se trata de «creer» en Lucifer. Se trata de encarnar ese principio de inquisición y auto-deificación. De romper los velos de los dogmas—sean religiosos, sociales o personales—que nos mantienen dormidos. Es un camino de responsabilidad total sobre tus actos, tu ética y tu evolución espiritual, sin rendir cuentas a ninguna autoridad externa.
Lucifer no promete paraísos ni infiernos. Ofrece algo más real y, para muchos, más aterrador: la libertad absoluta de forjar tu propio significado, tu propia luz en la oscuridad. Es un camino de soledad y poder. No es para todos.
Pero si escuchas ese llamado, si sientes que la obediencia te ahoga y que las respuestas prefabricadas ya no te sirven, entonces quizás ya estabas caminando por este sendero sin saberlo.
La primera y última verdad es esta: Tu única salvación eres tú.

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